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LISTADO DE POEMAS:
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Ninguna adicción es buena
no hay apego con razón
el apego es dependencia
una forma de adicción
yo me apego a tus encantos
él se apega a su confort
¿quién no se apega otro tanto
a que le hagan el favor?
y en el acostumbramiento
va implícita la adicción
se cristaliza en el centro
de la re- repetición
Adicto secreto no dicho prisión
reincido recaigo repito tensión
El se apega a su trabajo
como al humo y al alcohol
trabajólico a destajo
empastillado a control
ella se apega al dinero
compra tiempo y anti edad
ilusiones por apego
televisión, ansiedad
emociones de segunda
en romances de ficción
comienzan con la dulzura
y terminan en dramón
Adictos apego esclavos dolor
cautivos a menos que surja el amor
Si te amo te libero
no me apropio de tu rol
co dependencia y apego
son nubarrones al sol
pero el amor es apego
si se queda en la pasión
es un tren de pasajeros
que para en una estación
y al final somos adictos
consumimos atención
necesitamos cariño
como el bebé el biberón.
Amada te mimo y te hago el amor
que no me haga adicto a tu posesión.
Si somos reales amantes
formamos una unidad
que a su vez es una parte
de la Gran Totalidad
todo está interconectado
lo que sale de la red
queda aislado y apegado
a su inagotable sed
sólo el amor nos conecta
libera de la adicción
con energía perfecta
y correcta percepción
que no es egoísmo y no es sensación
que no es espejismo y no es ilusión
es ser uno mismo y ser los demás
ser nada y abismo ser Todo y ser paz.
MIGUEL CANTILO
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Otro año que se va
otro año que se viene
¿Y qué sentido tiene
lo que está o estará?
Te preguntas tal vez
para qué transcurrimos
vivimos y morimos
a paso tan fugaz.
Los años como agujas
nos cosen y atraviesan
nos tuercen y enderezan
con un pulso de brujas
el tiempo va bordándonos
sobre la misma vida
en guarda repetida
zurciendo y emparchándonos.
¿Qué somos? ¿Un diseño
sobre un manto de olvido
o somos el sentido
que el manto da a su dueño?
Tal vez se esté tejiendo
año a año un tapiz
que nos da la matriz
de lo que vamos siendo
lo que importa es creer
que lo perecedero
no es el tapiz entero
si no el tramo a coser
el punto medular
que decora el orillo
el propio dobladillo
que nos toca hilvanar.
Los años algún día
cesarán la costura
y la aguja futura
perderá nuestra guía
tal vez quedará trunca
la labor realizada
la guarda pespunteada
pero la trama, nunca
el soporte total
sobre el que el tiempo juega
sobre el que se navega
con aguja y dedal
nos estará esperando
sin relojes ni espacio
para que muy despacio
retomemos el mando.
Hoy, con el pulso en vilo
sin fractura ni esguince
en este dos mil quince
no hay puntada sin hilo
seguiremos forjando
nuestro propio dibujo
como Don Juan, el Brujo
aprendiendo, enseñando.
¿Qué somos sino seres
sujetos a desgaste?
Por si no lo notaste
somos sólo saberes.
Lo único que habrá
del rastro que dejemos
será lo que aprendemos
y transmitimos ya.
¡Por eso a celebrar
y apetecer la vida
eterna bienvenida
despedida a la par!
Por muchos años más
y muchas estaciones
por danzas y canciones
que no callen jamás
se puede avizorar
con un ojo de lince
que viene un dos mil quince
digno de disfrutar.
MIGUEL CANTILO
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Bienvenidos al catorce
el ágape de conciencias
hoy resulta imprescindible
tamizar, filtrar la luz
leer con gran angular
y con ojo de pescado
lo que llaman Realidad
lo que cada uno ve.
Reconocer que abarcamos
un rincón del panorama
la pequeña descripción
de una porción heredada.
Nos educaron con gestos:
Casa, mesa, diablo, Dios,
política, guerra, paz
religión, economía
nos criaron como a ellos
los criaron ¿qué hay de malo?
hicieron lo que pudieron
con la duda o con la fe.
Pero hoy es dos mil catorce
y un ágape de conciencias
está golpeando a las puertas
del que busca la verdad
de quien se explora a sí mismo
bregando por su control
rebelándose a la trata
de mentes al por mayor.
La mirada abarcadora
es la que cierra los ojos
y se sumerge en su mar
buceando profundidades
es la que ve más allá
porque mira más adentro.
La realidad se hace extensa
y no termina en los muertos.
Relativiza el discurso
del mero materialista
del pobre rico que acopia
y consume en el cajón.
Tal mirada será siempre
orientada por quien tenga
experiencia y percepción.
Si no, sigue siendo ciega.
Pero hoy es dos mil catorce
y hay guías por todas pastes
falsos, auténticos, sabios
con G.P.S. o sin él.
Para llegar al banquete
hay que saber preguntar
allí nos está esperando
en manjar de los manjares
el que llevó el leñador
a su hija en Muskil Guyá
el que Jesús repartió
en su cena terminal
el que no llena la tripa
pero sacia el corazón
se agradece con el alma
se digiere por amor.
El ágape de consciencias
no convoca ni convierte
el comensal sintoniza
por interna conexión
y el año dos mil catorce
es fase definitiva
para sentarse a la mesa
o morir de inanición.
MIGUEL CANTILO
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Madrid en el verano - ¿cómo puedo decirlo? –
son terrazas colmadas de charlas entre tapas
son cervezas heladas, mojitos, tempranillos
salpicados de gritos, carcajadas y claras
mujeres escotadas con tatuajes sutiles
que aumentan el deseo de furtivas miradas
madrileñas en sepia con sus negras melenas
y sus ojos oscuros y sus bocas moradas.
La brisa es un aliento de sierra aprisionado
entre fauces urbanas de aguerrido cemento
predomina la ausencia de ritmo ciudadano
hay vacíos, silencios y el ritual de los cuentos
multiplica murmullos de tabaco nublado:
Yo me entrego al embrujo Madrid en verano.
MIGUEL CANTILO
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Apacible atardecer
detrás de la Almudena
en el rincón donde mi amigo
Poni, el poeta
viene a fumar su cigarrito
a beber su cerveza.
Un poniente en el otoño de Madrid
puede sorprender al más curtido
bien por los espasmos invernales
que pretenden saltearse la estación
bien por el aroma que se inspira
en las barrancas de la morería.
Observando el puente de los suicidas
(ahora disuasivo con mamparas)
la perspectiva atrae la mirada
hacia la catedral de la Almudena.
El ángulo visual es un deleite
los árboles, las escalinatas
absorben en silencio a los paseantes
y dentro de una zona tan activa
existe este remanso
que sólo los poetas por instinto
disfrutan descubrir.
MIGUEL CANTILO
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Sos vos la que me hace el bolso
cuando tengo que partir
aunque no estés físicamente
es tu voz la que me dice
lo que tengo que poner
tantos años a mi lado
cada vez que emprendo un viaje
puedo sentir tu opinión
las camisas no se arrugan
si las meto empaquetadas
en un papel celofán
no te olvides de la toallas,
los pañuelos , no te pases
el cierre se va a romper.
Cuatro meses que te fuiste
de este plano, de esta vida
de este mundo material
pero estás tan cerca mío
todo el tiempo que no siento
ni nostalgia, ni dolor.
Volvés a estar a mi lado
cuando medito en silencio
a la búsqueda de Dios
siento tu ser transparente
cuando vamos con tus hijos
al encuentro, la reunión
pero intuyo que no estás
perdiendo el rumbo de tu vida
por quedarte junto a nos
presiento que tu camino
continúa y cada tanto
presenciás nuestra labor.
Nos ves como animalitos
como seres primitivos
debatiéndonos aquí
en este estado salvaje
comparado con el mundo
espiritual que atravesás.
Por eso cuando hago el bolso
te obedezco como siempre
más que siempre, como hoy
que me seguís protegiendo
ayudando, conduciendo
por un sendero mejor
a pesar de mi egoísmo
mi ceguera y el reproche
de haberte dejado ir.
MIGUEL CANTILO
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Me alimento de belleza y París me da de comer
mientras la gente en las plazas come un sándwich de baguette
la devoro por mis ojos con voluptuoso placer
y recorro sus museos indigestando mi ser
en realidad sus olores, sus sonidos, su modal
sin ser tan apetitosos son complemento ritual
el menú te los incluye, pero el banquete es visual
es Eva y es la manzana desnudas en el Pigalle.
París se vierte en el Sena y se erige en Notre Damme
toca el cielo en la torre Eiffel y en la torre Montparnasse
se polifurca en el metro como reptil montaraz
y toca fondo en el crudo abandono del clochard
en ese curso de vida salpica fotografía
preservando, atesorando fuentes de sabiduría
las legiones de turistas tienen hambre de la mía
ellos tragan con su lente, yo retrato con poesía
todos somos bien tratados por el culto parisino
alimenta con belleza y deleita con su vino
ese tinto delicado que acaricia el intestino
ni adormece ni despierta, sólo perfuma el destino.
MIGUEL CANTILO
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Se pone el sol sobre el Mar Negro
en un atardecer de terciopelo
una curiosa nube vertical
es un Alif que cicatriza el cielo.
En estas olas Rumi se inspiró
para su océano de la existencia
en la caricia de su levedad
habrá tal vez bañado su conciencia.
Killyos
“la espuma de tu mar
se desintegra como pensamiento
y en la profundidad
mi forma humana se hunde
como una copa llena”.
Apenas viento, apenas soledad
un sol abrasador fuma la brisa
la tierra seca momifica el pasto
y en la bahía vuelan las cenizas.
Killyos
la noche va a caer
y tengo que cantar mi despedida
por tu horizonte van
las nubes destiñendo
su mosaico de formas repetidas.
Versos del Mathnavi de Rumi
adaptados y traducidos por el autor.
MIGUEL CANTILO
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Primero te sonríe, después respira.
Te enevuelve con su clara simpatía
te pasea por su mejillas infantiles
su boca de muñeca.
Sus ojos pergamino
te cortan por la mitad
con un filo de pétalos
te atraviesan como alas de cigüeña
con una pincelada terracota
que llueve de su mata de pelo
recogido al azar.
Marina es una fábrica de risa
momento interminable
de carisma y de júbilo.
¿Y quién puede evitar entusiasmarse
con la atractiva piel de su corteza
los portentosos frutos de su tallo
y esas hojas perennes
que brotan de sus manos
salpicadas de polícromas flores
al estirar sus brazos?
Marina es un invento
de las húmedas pampas argentinas
un híbrido de fuego y catarata
de tesón y ternura
que escapa al marco equívoco
de nuestra realidad
y se fuga en un viaje kinestésico
a un planeta remoto
donde la gente ríe
se acaricia y se abraza
entrega lo que tiene sin reserva
sin astucia y reparo
recibiendo sin esperarlo
un amor como el mío
un retrato fugaz e interesado
espontánea marina sobre tela
lazo de seda
para atarme a su pelo
y caer lentamente
a su sonrisa
para siempre.
MIGUEL CANTILO
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Por un instante todo se detuvo
la maquinaria, el tren, la multitud
se produjo una cáscara
que empaquetó la tarde
en una jugarreta de silencio
disecó los gorjeos de un gorrión
le congeló los gestos a una ardilla
le consagró el ritual
de siesta suburbana
a esta parte de Queens.
A las tres de la tarde
recuerdo recesos madrileños
de una a cinco
todas las siestas de la hispanidad
heredadas por nuestra sudamérica
y aquí junto la locomotora
del tren capitalista de occidente
un barrio queda inerte.
Lo que no están deslomándose
en Manhattan
hacen silencio aquí
o filtran remolinos de poesía.
MIGUEL CANTILO
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Nadie sabe lo que beben
los que beben
por las calles de New York.
Hay una vieja costumbre
que es envolver la botella
en una bolsa marrón.
Así todo el mundo bebe
Y nadie sabe si es cola
agua, leche, birra, ron.
Es una antigua manera
de domar las prohibiciones
de beber alcohol al sol
un anónimo alegato
de quien se lleva a los labios
un secreto personal
y una regla igualitaria
pues el que bebe te frío
también embolsa su sed.
Nadie sabe lo que beben
los que beben (que son muchos)
por las calles de New York.
Las gente exhibe de todo
sus músculos, sus plegarias
su política sexual
alardea en sus tendencias
ejerce eufóricamente
su libertad de expresión
pero esconde la botella
como un símbolo sensible
del conflicto bebedor.
Nadie sabe lo que bebo
mientras escribo estos versos
en una bolsa marrón.
MIGUEL CANTILO
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Armo mi propio dos mil doce
forjo mi propia realidad
y quiero ser el que destroce
el falso mapa de la edad.
Desde los medios negros fines
dictan un curso de reacción
y hasta en lo oscuro de los cines
se nos proyecta esta canción:
“Año nuevo, vida nueva
ropa nueva, cuenta nueva
coche nuevo, deuda nueva
y la vieja novedad
al empezar el año todos queremos recomenzar
y celebrar la vida mientras se pueda “bancarizar”
y lo nuevo nunca es nuevo
es la vieja sugestión
que renueva cada prueba
de que todo es ilusión.
Año nuevo, vida nueva
una nueva operación
pecho nuevo, cara nueva
y esta vieja encarnación.
Cuando termina el año hasta se gastan su dignidad
para comprar el sueño de que el consumo es felicidad
Año nuevo, vida nueva
trampa nueva en que caer
sólo hay una fecha nueva
pero el mismo mercader.”
Yo me rebelo a quien esboce una hipotética visión
de lo que trae el dos mil doce
con profecías de ficción
armo mi propio dos mil doce
no me conformo con “lo que haya”
ni le confío al acabose
del calendario maya.
La realidad no es un decreto
ni es un programa que nos dan
cada mañana como un reto
las decisiones vienen, van
mi dos mil doce de sorpresas
es un misterio, como el tuyo
pero como un rompecabezas
día por día lo construyo
filtro lavados de cerebro
niego la frivolización
alzo mi brindis y celebro
esta real continuación
nuevo almanaque, nueva agenda
pero el eterno devenir
y el mercader que no me venda
lo que no pienso consumir.
Vamos amigos, codo a codo
inaugurando un arte:
Sentir como uno solo el Todo
ayuda a verse formar parte.
El Todo siempre es el más fuerte
nosotros somos el presente
hasta que venga un día la muerte
y ya no seamos gente
pero entretanto ¡Canto y gozo!
que somos parte de lo mismo
un Todo todopoderoso
un cósmico organismo
y nada que no sea el Todo
y todos compartiendo el goce
esa Unidad que es un buen modo
de entrar al dos mil doce.
MIGUEL CANTILO
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Bienvenidos al tramo, la década segunda
de este polifacético segundo milenio
bienvenidos al cambio de patrón y conducta
por un orden más justo en lo interno y externo.
Allí viene la parca cosechando cabezas
su guadaña filosa con uñas de diamante
pero enfrente un profeta aferra la existencia
y declara lo eterno como algo inevitable.
Creer, creer en todo, en el hombre y su huella
en la sacralidad del instinto perdido
creer en el amor como un mapa de ciencia
en todas las creencias, no en el escepticismo.
Poner ojos de gato a nuestra noche oscura
y contemplar las formas que niega la ceguera
reconocer el alma paseándose desnuda
por los desfiladeros de la propia consciencia.
Bienvenidos, amigos, al fin de un largo ciclo
a las postrimerías del banquete caníbal
los sabios nos esperan con paciencia de siglos
donde nuestra memoria los guarda agradecida.
Los sabios que nos guían, nuestros sabios amados
aquellos que resuelven los dilemas inciertos
¿qué nos queda en el mundo sino los viejos sabios
brindándonos el néctar de su conocimiento?
Bienvenidos, amigos, al tiempo de descarte
el viento y las escobas barren cielos y suelos
¿no ven como se caen los mitos de los árboles
como si fuera otoño, pero un otoño eterno?
Es la segunda década del segundo milenio.
No vaticino nada, señalo abiertamente
que el espíritu avanza en hordas de sedientos
hartos ya de consumo, de materia y de muerte.
La elección es interna: un reto en cada uno
la realidad es mucho más rica y accesible
que este circo político-social de nuestro mundo
la realidad abarca el todo y sus sinfines.
La fuente poderosa que emana sus efluvios
nos invita a ser parte de una Gran Energía,
religarse al origen , aprender de los justos,
sin hincarse obediente ante un dogma suicida.
Hoy entramos en fase, la consciencia nos guía
quienes niegan el cambio por inercia disienten.
Se cae un paradigma de carne fratricida
y desborda la urgencia del hombre trascendente.
El hombre humanizado, espiritualizado
no el muñeco amaestrado que come, enferma y muere
el hombre que celebra, que agradece los años
y entrena de por vida para enfrentar la muerte.
Bienvenidos, amigos, a una década nueva
que nos encuentre firmes, conectados al alma
bebiendo de la fuente que todo lo supera
inagotable cauce sin formas ni palabras.
Sumerjo mis deseos en la luz compartida
Enceguezco mi ego, adrede me encandilo
para sentirme uno con todos los que sigan
esta ruta infinita en que el tiempo es testigo.
MIGUEL CANTILO
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